¿Cómo contribuyen los empleadores a las tardanzas?
Los empleados habitualmente tardíos pueden costarle tiempo y dinero a su empresa. Sin embargo, algunos empleadores, sin saberlo, contribuyen a la tardanza de sus empleados. Es más probable que los empleados lleguen tarde al trabajo cuando los empleadores no notan las llegadas tarde, no tomen medidas contra esto o no cumplan con las amenazas de medidas disciplinarias.
Incapaz de notar las tardanzas
Algunos empleadores no notan la tardanza de un empleado hasta que comienza a afectar su trabajo. Si sus empleados saben que no está prestando mucha atención a los horarios de llegada, es más probable que lleguen tarde y esperen lo mejor. A la inversa, si reconoce la tardanza de los empleados, comunique a sus empleados que está al tanto de las veces que llegan y que no tendrán la tentación de llegar tarde al trabajo.
No tomar acción
Dejar que un empleado sepa que usted es consciente de su retraso no siempre es suficiente. Si un empleado llega tarde y usted no hace nada al respecto, es más probable que llegue tarde otra vez. Para evitar que se repitan las infracciones, emita una advertencia verbal o escrita a un empleado que haya fallecido y dígale cuáles serán las consecuencias si llega tarde otra vez. También debe hacer un seguimiento por escrito de la tardanza del empleado en caso de que haya alguna disputa al respecto en el futuro.
No seguir adelante
Si amenaza a un empleado que llega tarde con un castigo por llegar tarde y no lo administra, es más probable que llegue tarde en el futuro. Esta práctica puede contribuir a la tardanza de otros empleados si deducen que no habrá consecuencias por sus acciones. Por esta razón, debe cumplir con cualquier acción disciplinaria que le prometa a un empleado fallecido.
Consideraciones
Si bien la tardanza es un delito grave, los empleadores no deben reaccionar de manera exagerada ante una primera instancia. En la mayoría de los casos, una advertencia verbal tranquila resuelve el problema. Los empleadores también deben evitar volverse hostiles o agresivos con los empleados habitualmente tardíos. En algunos casos, un empleado que llega tarde puede tener una buena razón para no llegar a tiempo. Si los empleados llegan tarde debido a circunstancias que no pudieron controlar, los empleadores no deberían castigarlos.