Desventajas de una estructura organizacional vertical

Las empresas adoptan ciertas estrategias por diferentes motivos. Por ejemplo, una empresa puede elegir una estructura descentralizada, también llamada plana u horizontal, si tiene divisiones con enfoques o líneas de productos muy diferentes, como Honda, que fabrica cortadoras de césped, automóviles y motocicletas. En este ejemplo, una estructura horizontal tiene sentido. Por el contrario, una empresa con una sola operación o similar, como un periódico, puede elegir una estructura organizativa más vertical.

Decisiones informadas

La estructura organizativa vertical es el tipo más antiguo de estructura organizativa; es una jerarquía absoluta y, como tal, tiene las mismas debilidades que una jerarquía. Por un lado, en una estructura organizativa vertical, las decisiones vienen de arriba hacia abajo. Este proceso puede llevar tiempo y puede no estar tan informado como podría estarlo, especialmente si el nivel superior de la empresa no está en comunicación regular o no comprende completamente las necesidades de los niveles inferiores.

Reactividad

Cuando falta la comunicación dentro de una organización "vertical", es posible que no pueda responder tan rápida o efectivamente a los cambios en su mercado. O bien el nivel superior debe ser informado por los niveles más bajos y el tiempo permitido para que las decisiones se tomen formalmente, o se pierden las oportunidades para una acción rápida. Si bien esto puede no ser un problema en compañías como los periódicos, que funcionan en un mercado bastante bien establecido, para entornos de trabajo que pueden necesitar cambiar de enfoque muy rápidamente, como un restaurante que se adapta a las tendencias locales, una estructura organizacional vertical es inadecuada y incluso ineficiente.

Participación

Una estructura organizativa vertical puede dañar las relaciones con los empleados, como en el caso del gerente de nivel inferior que "lo vio venir" pero nadie escuchó. Este tipo de ineficiencia también puede eliminar la creatividad y reprimir las sugerencias de aquellos en los niveles más bajos. En algunas organizaciones verticales, los empleados en los niveles más bajos pueden terminar simplemente tomando pedidos, dejándolos responsables solo por la forma en que se realizan esos pedidos, dañando la moral y no dejando ninguna oportunidad para que el empleado sienta que es una parte valiosa del negocio. Por ejemplo, en el caso de un periódico, las personas que entregan documentos a los hogares pueden tener un calendario y un plazo de entrega establecidos que no tienen la capacidad de adaptarse para ser más eficientes en función de su experiencia al realizar el trabajo todos los días. En su lugar, su desempeño se mide únicamente por la forma en que cumplen con el horario y la ruta provistos.

Competencia

En una estructura organizativa vertical, donde el nivel superior suele ser mucho más pequeño que los niveles inferiores, la competencia por el avance puede ser feroz. Esto no solo puede crear un entorno de trabajo hostil sino que, en algunos casos, puede incluso reducir la productividad a medida que los empleados buscan formas de salir adelante, a menudo a expensas de sus compañeros de trabajo. Por el contrario, las empresas con estructura horizontal tienden a disfrutar de una mayor cooperación y trabajo en equipo porque los empleados a menudo tienen una mayor participación en el funcionamiento y las decisiones que afectan a su división o campo de experiencia en particular. Además, los empleados están sujetos a estándares de desempeño dentro de sus respectivos grupos sin tanta orientación de procedimiento proveniente de las iniciativas de nivel superior. A su vez, una estructura horizontal puede facilitar una mayor productividad y soluciones más integradas en todos los ámbitos, ya que los empleados están motivados a trabajar juntos para desarrollar sistemas y soluciones que brinden resultados y, en última instancia, beneficien a la compañía en su totalidad.

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