Cómo las finanzas impactan la estructura organizacional

Las finanzas alimentan a todas las empresas, ya sea en alza o en recesión. Es más probable que una organización que gane buen dinero agregue empleados y gerentes para adaptarse al crecimiento futuro, mientras que una crisis financiera obliga a la alta gerencia a recortar la estructura organizativa. Cualquiera que sea la dirección en la que la imagen financiera dirija una empresa, debe adaptarse sin problemas a las necesidades cambiantes.

Cuando las finanzas se ven bien

Un repunte en el negocio marca un tiempo de expansión para muchas empresas. El crecimiento, las nuevas adquisiciones y las nuevas líneas de productos o servicios marcan el crecimiento de una empresa. Esto también afecta la estructura organizativa, con nuevos puestos creados y nuevos departamentos que surgen para satisfacer la creciente demanda.

Cuando las finanzas se ven mal

Una crisis financiera obliga a las empresas a sobrevivir. En lugar de planificar el crecimiento, mantenerse solvente se convierte en el mayor problema. Ahorrar dinero estará a la orden del día. La administración comercial puede entrar en pánico durante una crisis financiera, concentrándose en respuestas a corto plazo en lugar de construir para el futuro. Una economía atrofiada, una mala gestión o una fuerte competencia causarán crisis financieras, obligando a las grandes y pequeñas empresas a cambiar sus estructuras organizativas para agilizar las operaciones según sea necesario.

Cambios estructurales en un repunte

Los dueños de negocios toman en cuenta los problemas financieros cuando deciden el mejor momento para crecer y expandir la fuerza laboral. Mantener ese éxito y empujar hacia adelante es el énfasis principal en los buenos tiempos. El aumento de la demanda de los clientes no solo crea la necesidad de más empleados, sino también más departamentos y equipos actualizados.

Cambios estructurales en una recesión

Los problemas financieros harán que los dueños de negocios reconsideren qué departamentos son esenciales. Algunos serán eliminados por completo, y otros serán absorbidos por otros departamentos. Incluso en una pequeña empresa, los primeros recortes a menudo se ven en departamentos orientados hacia el futuro. Si los cortes se hacen a ciegas, los departamentos más orientados hacia el crecimiento futuro pueden ser los primeros en irse. Si los departamentos tienen rivalidades naturales entre ellos, como las ventas frente a la producción, estas divisiones se ampliarán. Las preocupaciones financieras harán que la administración reduzca los empleos de producción y despida a algunos trabajadores. Aquellos que se queden encontrarán incrementados sus deberes para mantener el ritmo. Incluso si el negocio mejora, la compañía puede demorarse en reconstruir su personal y seguir teniendo empleados que cumplen con su doble función.

Anticipando el cambio

Ver las preocupaciones financieras inminentes mucho antes de que ocurran le brinda a la organización una mejor oportunidad de elaborar un plan y enfrentar sistemáticamente estos desafíos. Si se descubre que una organización no es consciente, los cambios serán más reactivos y se pensará menos en las soluciones. La sabiduría convencional sugiere cortar en todos los ámbitos y eliminar más departamentos orientados hacia el futuro durante una recesión, pero en algunos casos este puede ser el mejor momento para aumentar la base de clientes.

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