Las causas que dificultan la comunicación efectiva en el lugar de trabajo
La comunicación efectiva mantiene unidas a las compañías, pero no ocurre sin problemas por cuatro razones clave. El no usar un lenguaje claro y preciso dificulta que los empleados cumplan con las expectativas de sus supervisores, una situación complicada por la popularidad de las tecnologías de correo electrónico y mensajes de texto que reducen los mensajes a simples abreviaturas. Surgen problemas adicionales cuando la administración propone soluciones de su lado, en lugar de escuchar las preocupaciones de los empleados, haciendo que sea menos probable que ocurra una comunicación efectiva.
Dependencia de la tecnología
La velocidad a la que se mueve la empresa también tiende a apresurar la comunicación, lo que aumenta la posibilidad de una mala interpretación. Esto es más probable que ocurra cuando se usa la taquigrafía lingüística como IMHO, LOL o OMG, que los diccionarios ahora reconocen como palabras reales, aconseja la coach de negocios Linda Finkle. La creciente dependencia de tecnologías como el correo electrónico o los mensajes de texto hace que estos problemas sean más probables, en particular para los Generation Xers y Yers que no están acostumbrados a los matices de la conversación cara a cara.
Falta de claridad
De acuerdo con Richard Slagle, director de campo de la Asociación de Condados de Texas, la falta de un lenguaje claro y preciso hace que los empleados y supervisores trabajen con propósitos cruzados. Esta situación generalmente surge cuando el remitente usa expresiones, jerga o jerga que el destinatario no conoce. Una de las causas más comunes es la vaguedad en las palabras o el lenguaje, dice Slagle. Establecer líneas de tiempo específicas es preferible a solicitar que se completen tareas en particular "tan pronto como sea posible", por ejemplo. La distinción es importante, ya que el lenguaje puede ser preciso, pero aún no está claro.
Gestión de arriba abajo
Liderar compañías a través de tiempos económicos difíciles es uno de los ejercicios más difíciles para cualquier compañía. Sin embargo, la administración se equivoca al imponer soluciones de reducción de costos desde arriba hacia abajo, declaró el consultor Jon Katzenbach en una columna para la firma de consultoría global, Booz & Company. Los ejecutivos a menudo contratan consultores externos cuyos métodos son poco conocidos, lo que lleva a los empleados a pensar que no están obteniendo la historia completa. A medida que los gerentes presionan al personal para cumplir los objetivos, la comunicación se rompe, creando una atmósfera hostil y resentida.
Mensajes no deseados
Los supervisores deben desarrollar habilidades de escucha igualmente sólidas para generar credibilidad y confianza con sus empleados. Los estados de Slagle muestran que las actitudes preconcebidas a través del lenguaje corporal, la expresión facial o el tono vocal desalientan a los empleados a acercarse a la gerencia sobre temas que les preocupan. Tal comportamiento envía un mensaje no deseado que la opinión del destinatario no vale la pena escuchar. Según Slagle, los supervisores efectivos hacen un esfuerzo consciente para controlar estos impulsos y muestran empatía haciendo preguntas. Sólo entonces se desarrolla la relación necesaria para una comunicación sólida.