Iniciativas de ética de trabajo
Las iniciativas para aumentar la ética laboral de los empleados son ampliamente utilizadas por las corporaciones y las empresas en un intento por aumentar la rentabilidad y la moral de los empleados. Estas iniciativas pueden tomar una variedad de formas, su efectividad está determinada por el contexto del lugar de trabajo y la personalidad y preferencias de los empleados individuales. Mantener una sólida ética de trabajo entre el personal es clave para aumentar la rentabilidad.
Recompensa
Las recompensas para fomentar una ética de trabajo pueden tomar la forma de remuneración financiera, reconocimiento público y promoción a puestos con un perfil más alto y una mayor responsabilidad. Los empleados ambiciosos responden bien a los programas de recompensa porque les dan algo por lo que esforzarse más allá de un simple cheque de pago. Cuando las personas entienden que la cantidad de esfuerzo que ponen en algo está relacionada con la cantidad que obtienen de ellas, están más dispuestas a esforzarse más. Los programas de recompensa dentro de una empresa pueden ser eventos especiales o pueden ser políticas continuas que están disponibles para cualquier persona que quiera trabajar más y mejorar su situación.
Castigo
Pueden ser necesarias medidas algo duras para alentar a los aficionados a descubrir su ética de trabajo interna. Estos pueden incluir amenazas de degradación, suspensión de privilegios e incluso amenazas de rescisión. En un lugar de trabajo que tiene buena moral y funciona bien, las amenazas de perder un trabajo generalmente siguen siendo un motivador tácito y tácito que permanece en segundo plano. Este tipo de motivadores negativos deben usarse solo cuando sea necesario, y solo en conjunto con los programas de recompensa. Un lugar de trabajo que ofrece solo la oportunidad de escapar del castigo puede aumentar sus tasas de rotación, pero no mucho más.
Competencia
La competencia amistosa entre individuos o equipos dentro de un lugar de trabajo puede llevar a una mayor motivación y la voluntad de hacer un gran esfuerzo para ganar. Los individuos competitivos responden bien a tales iniciativas, y pueden ser muy buenos para la moral del lugar de trabajo, siempre y cuando la competencia se mantenga productiva y no se vuelva mezquina. Los incentivos financieros pueden combinarse fácilmente con estructuras competitivas, por ejemplo, ofreciendo una recompensa en efectivo a la persona o equipo que cumple con mayor eficacia una cuota, resuelve un problema o se le ocurre una nueva idea efectiva.
Cooperación
Si bien la competencia puede ser un gran motivador, siempre debe ocurrir dentro del contexto de un contexto cooperativo más amplio. El trabajo en equipo se ha convertido en un objetivo primordial en muchos lugares de trabajo, lo que indica su efectividad para mantener la competitividad corporativa. Cuando las personas forman parte de un equipo, a menudo conlleva una mayor ética de trabajo, tanto porque no quieren decepcionar a las otras personas del equipo como porque el apoyo de otras personas que trabajan en el mismo proyecto tiende a apoyar a las personas y las motiva. a mayor esfuerzo.