Desventajas de una política de puertas abiertas

Una política de puertas abiertas en una empresa significa que el propietario alienta a los empleados a entrar a su oficina y discutir cualquier problema o inquietud que tengan. Esta política permite al propietario mantener su pulso en la operación diaria de la empresa a través de escuchar lo que sus empleados tienen que decir sobre sus áreas de responsabilidad. La política implica que el propietario actúe como un tipo de consejero, ayudando a resolver los problemas que los empleados han encontrado al tratar de completar las tareas que les han sido asignadas.

Perder el tiempo de gestión

La política de puertas abiertas puede hacer que el propietario de la empresa tenga que pasar una parte importante de su día escuchando a los empleados expresar sus preocupaciones. Este es un tiempo quitado a los deberes y responsabilidades importantes del propietario. Además, la conversación puede desviarse de asuntos comerciales a temas no relacionados con el trabajo, como pasatiempos, deportes y eventos actuales, que pueden ser de poco o ningún interés para el propietario. El propietario de la empresa debe dejar claro que la política de puertas abiertas es un mecanismo de resolución de problemas diseñado para ayudar a la empresa a funcionar de manera más eficiente, no una excusa para socializar en el tiempo de la empresa.

Creando dependencia

Una política de puertas abiertas puede hacer que los empleados se vuelvan demasiado dependientes del propietario de la empresa en lugar de aprender a tomar la iniciativa para resolver los problemas que surjan. Para que una empleada desarrolle su trayectoria profesional y ascienda en la gerencia, debe aprender cómo tomar decisiones difíciles y responsabilizarse de esas decisiones. Dependiendo del propietario, u otro supervisor, para guiarla en todos los asuntos relacionados con su trabajo puede impedir su desarrollo en un empleado que está listo para el progreso.

Disminución de la autoridad

La política de puertas abiertas a veces puede resultar en el desarrollo de relaciones de tipo colega entre el propietario y sus empleados, en lugar de adherirse a la jerarquía tradicional de supervisor-empleado de una empresa. Esto puede dificultar que el propietario critique o incluso dirija al empleado porque efectivamente se han convertido en amigos.

Interrumpiendo la cadena de mando

La política de puertas abiertas del propietario de un negocio puede tener el efecto imprevisto de interrumpir las relaciones de información que ha establecido. Un empleado de un nivel inferior puede pedir entrar en su oficina y pedirle que medie en un conflicto que está teniendo con el supervisor a quien ella directamente reporta. Si el supervisor descubre que el empleado ha "pasado por alto" y ha hablado con el propietario, puede resultar en que el empleado sea disciplinado por violar la cadena de mando. Además, coloca al propietario en la incómoda posición de tratar de decidir si el empleado tenía una queja legítima o si ella estaba equivocada por involucrarlo en el problema.

Abusando de la política

Algunos empleados particularmente ambiciosos pueden ver la política de puertas abiertas como un medio para impresionar al propietario de la empresa y obtener una ventaja para ser promovidos. Un empleado puede intentar despreciar a aquellos con los que compite por la promoción, o promocionar sus propios logros y logros al "jefe". La política puede alentar a los reclamantes crónicos (empleados con actitudes negativas) a expresar su descontento con la forma en que La compañía está siendo operada. El propietario encontrará muy poco valor constructivo en estas quejas. No lo ayudarán a hacer que el entorno laboral de la empresa sea más productivo.

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