¿Qué sucede cuando un gobierno impone un precio mínimo?

Un precio mínimo, si se establece por encima del precio de equilibrio del mercado, significa que los consumidores se verán obligados a pagar más por ese bien o servicio de lo que lo harían si los precios se establecieran de acuerdo con los principios del mercado libre. Los gobiernos establecen precios mínimos por varias razones, pero el resultado típico es un aumento de la oferta y una disminución de la demanda.

Mayor oferta

Los pisos de precios pueden tener diferentes efectos dependiendo de otras políticas gubernamentales. Si el gobierno acuerda comprar un máximo específico de productos no vendidos en el precio mínimo, incentiva a una empresa a aumentar la oferta o al menos a permanecer en la industria a pesar de las bajas ventas. Muchos gobiernos hacen esto para áreas que consideran estratégicamente o políticamente significativas, como la agricultura, o para evitar lo que consideran precios injustamente bajos de sus productos. Si un gobierno extranjero establece un precio mínimo para los granos de café, por ejemplo, y luego acuerda comprar el excedente hasta una cierta cantidad, alienta a los productores a mantener sus operaciones colocando una cobertura efectiva contra las fluctuaciones de precios. Si usted es dueño de una pequeña cafetería, estos precios bajos significan que es más probable que pueda encontrar sus granos importados, pero que pagará más por ellos.

Demanda reducida

Debido a que los precios son más altos con un precio mínimo, es probable que haya menos clientes interesados ​​en comprar productos afectados en el punto de precio mínimo obligatorio. Combinado con el aumento de la producción, esto puede llevar a un excedente de bienes disponibles para la venta. En algunos casos, el gobierno puede almacenar el exceso para cuando los precios aumenten por encima del mínimo obligatorio. En otros, puede deshacerse de los productos de otras maneras, por ejemplo, dando productos agrícolas excedentes a programas que alimentan a los hambrientos.

Efectos generales

Los pisos de precios afectan a las pequeñas empresas de varias maneras. Por ejemplo, el salario mínimo es un ejemplo clásico de un precio mínimo que impide que las empresas paguen a los trabajadores lo que el gobierno considera montos excesivamente bajos, independientemente de lo que dicte el mercado. Esto puede desincentivar a una empresa de contratar la cantidad deseada de trabajo para trabajos poco calificados. Es posible que necesite cinco trabajadores de nivel de entrada para ayudar al personal de una tienda minorista, por ejemplo, y solicitantes de empleo dispuestos a trabajar por menos, pero que se limite a tres puestos debido al piso salarial y su efecto en su presupuesto.

Contratos Específicos

Los gobiernos pueden establecer precios mínimos para su área de jurisdicción, o pueden limitar los pisos a sus propios acuerdos comerciales. Además del salario mínimo general, por ejemplo, las empresas que esperan obtener contratos del gobierno federal deberán cumplir con los estándares de salario mínimo exigidos a los contratistas. Dependiendo de cuánto pague a sus trabajadores y de las habilidades requeridas, estos precios mínimos pueden aumentar sus costos lo suficiente como para que la oferta no valga la pena.

Medidas politicas

Aunque los precios mínimos reducen la eficiencia del mercado, eso no siempre los convierte en una mala política. Los gobiernos imponen un precio mínimo porque consideran que la política tiene un efecto más valioso que las consecuencias. Un gobierno local, por ejemplo, podría establecer un precio mínimo en las tarifas de estacionamiento en un área municipal. Eso haría que sus residentes tuvieran que pagar más de lo que el mercado exigiría estacionar y conducir a estacionamientos vacíos, pero podría cumplir con los otros objetivos del municipio de reducir la congestión y alentar a los residentes a caminar o andar en bicicleta en el centro.

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