¿Qué le sucede a una sociedad general si un socio muere, dejando su participación en un testamento a su esposa?

Construir un negocio exitoso es difícil. Mantenerlo exitosamente es aún más difícil, y enfrentar la muerte de un compañero puede ser la situación más difícil de todas. Cuando eso sucede, la participación de su pareja fallecida en el negocio generalmente se transfiere a un cónyuge sobreviviente, ya sea por un testamento o simplemente por defecto como el heredero principal. Esa transición puede plantear un problema serio para su negocio si no se ha preparado para ello.

La situación ideal

Idealmente, una de dos cosas sucedería en este caso. Una opción es que la esposa o el esposo, o un hijo adulto, estén dispuestos y puedan dar un paso adelante y hacerse cargo de la participación del ex compañero en su operación. Si ese es el caso, simplemente deberá llevar formalmente a su nuevo socio a bordo y comenzar el proceso de aprender a trabajar juntos. Si no queda nadie en la familia del socio que pueda asumir ese rol, la otra opción es comprar la parte de su antiguo socio por el valor de mercado actual. Cualquiera de esas cosas hará que la transición sea suave, pero rara vez es tan fácil.

Su nuevo socio

A menos que su socio fallecido desempeñara un papel mínimo en las operaciones diarias de su empresa, llevar un reemplazo a la velocidad llevará algún tiempo. En un extremo, es posible que su nuevo socio ya esté involucrado activamente en el funcionamiento de otras empresas. Tal vez sea problemático sacar tiempo para participar en el suyo y aprender los deberes de la nueva posición. En el otro extremo, es posible que tenga que capacitar a un participante voluntario pero sin experiencia desde cero, lo que puede ser una pérdida de tiempo y un obstáculo para su propia productividad. También existe la posibilidad de choques de personalidad o diferencias de opinión sobre la dirección de la compañía, lo que puede dificultar su crecimiento continuo.

La opción de compra

Comprar la participación de su pareja fallecida también puede ser una propuesta espinosa, porque plantea dos preguntas bastante difíciles: ¿Cómo valora con precisión su empresa y de dónde provendrá el dinero?

Obtener un valor preciso para las empresas públicas es relativamente fácil, pero con las pequeñas empresas privadas es más complicado. Esto es especialmente cierto si la compañía tiene poco en cuanto a activos y su valor proviene principalmente de ingresos futuros. Después de que haya encontrado un número plausible, todavía tiene que encontrar una manera de recaudar fondos. Es posible que tenga que pedir prestado, pero luego el costo del servicio del préstamo se convierte en un lastre para la empresa. Una mejor opción, si puede administrarlo, es tener un nuevo socio adecuado que compre esa parte del negocio a la viuda o al viudo.

La onza de la prevención

Como muchos de los problemas de la vida, este es el mejor tratamiento de antemano. Idealmente, los socios de una empresa se sientan con anticipación y elaboran un acuerdo de asociación, que determina quién hace qué en el negocio. Como parte de ese proceso, también debe pensar, y explicar, qué sucederá si un compañero muere, queda incapacitado o simplemente quiere pasar a una nueva oportunidad. A medida que la empresa y su valor crezcan, o que los socios vayan y vengan, deberá revisar periódicamente el acuerdo y mantenerlo actualizado. Le costará un poco en honorarios legales, pero puede ahorrarle un mundo de dolor, y mucho más dinero, cuando lo necesite. También es aconsejable invertir en la llamada cobertura de seguro de "persona clave", que proporciona dinero para mantener su negocio en marcha y comprar la parte del cónyuge sobreviviente, en caso de muerte o discapacidad.

El peor escenario

En el peor de los casos, todas las fichas de dominó caen exactamente de la manera incorrecta: su compañero muerto no deja un heredero que pueda intensificar; no puede encontrar un nuevo socio para invertir en la empresa; usted no tiene ninguna manera de recaudar fondos para comprar la parte del patrimonio. Si eso sucede, es posible que no tenga otra alternativa que vender el negocio por completo, o cerrarlo y vender sus activos. Esta suele ser la última opción, porque la empresa, como empresa en marcha, suele valer más que sus escritorios, computadoras y vehículos. Teniendo en cuenta el costo personal y financiero de establecer un negocio, sería una decepción aplastante. Ese riesgo es el argumento más sólido posible para abordar su necesidad de un plan de sucesión de sociedad de inmediato, si no tiene uno.

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