¿Cuáles son los efectos de la mala gestión en los empleados?

Es fácil ver los problemas cuando los empleados van mal: clientes enojados, mantenimiento de registros descuidado, productos de calidad inferior. Los efectos de la mala gestión son más difíciles de precisar. Incluso con un jefe horrible, los empleados pueden absorberlo para proteger sus trabajos. La mala gestión tiene efectos perjudiciales, que van desde la pérdida de productividad hasta la pérdida de empleados. Es importante solucionar los problemas antes de que el personal se retire frustrado.

Reducción de la productividad de los empleados

En las empresas exitosas, los empleados tienen mucho para mantenerlos ocupados. Hacer que los gerentes los desvíen a actividades que desperdician tiempo reduce la productividad y funciona en contra de los resultados finales.

Las reuniones pueden perder mucho tiempo, especialmente en nuevas empresas. Los gerentes novatos comprensiblemente quieren verificar todo, por lo que convocan reuniones adicionales para revisar lo que debe hacerse, lo que puede sacar a los empleados de la jornada laboral de 30 minutos a un par de horas. Algunos gerentes cometen el error adicional de llamar a todo el equipo cuando solo están involucrados un par de empleados. Demasiadas reuniones pueden dejar a los empleados luchando por completar su trabajo y frustrados con el jefe.

Criticando y acosando

Hay una diferencia entre criticar los errores de los empleados y acosarlos. Muchos jefes no saben o no les importa la distinción. Gritar, despreciar públicamente a los empleados y amenazarlos con despedirlos es su táctica para obtener resultados. La intimidación es una mala gestión con varios efectos negativos:

  • Aumenta el estrés de los empleados. En el mejor de los casos, odian sus trabajos; en el peor de los casos, recurren al suicidio o la violencia laboral.

  • Los matones aumentan la frustración y el resentimiento de los empleados. Pueden responder jodiendo, burlándose o robando de la oficina

  • Si un gerente acosa a los trabajadores debido a su raza, religión, género u otras características "protegidas", la compañía podría terminar en problemas legales.

La intimidación socava el entorno laboral para que incluso los empleados que no son los objetivos se sientan miserables. Si el acosador continúa en el mismo camino, el personal asume que la compañía está de acuerdo con el comportamiento de acoso. Eso les da una visión muy negativa del empleador. Algunos empleados también pueden pensar que tienen luz verde para intimidar a sus compañeros de trabajo. Los efectos de un mal jefe pueden extenderse por todas partes.

Matando el impulso de sobresalir

Los empleados entusiastas son un activo valioso. Los empleados desmotivados son una carga, una que a menudo resulta de una mala gestión. No hace falta nada tan importante como la intimidación para convencer a los empleados de que dejen de preocuparse. Tener jefes que no les den crédito o reconozca su desempeño puede matar la necesidad de los empleados de sobresalir.

Los jefes que gobiernan por miedo también pueden matar la motivación. Los empleados a menudo están aterrados de perder sus empleos. A algunos supervisores les gusta eso, pensando que los empleados asustados trabajarán más duro. Es un error: el personal pierde la moral, deja de confiar en la administración y comienza a buscar un nuevo trabajo para que puedan renunciar antes de despedirlos.

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