Comunicación Intrapersonal Efectiva
Los líderes de negocios gastan mucho tiempo y dinero desarrollando fuertes habilidades de comunicación para ayudarlos a inspirar y liderar la compañía. Pero si no están acentuando estas habilidades con las habilidades interpersonales, pueden faltar métodos efectivos que les ayuden a relacionarse con los demás. La comunicación intrapersonal es la comunicación que tienes contigo mismo, incluido tu autoconcepto y cómo tu diálogo interno se convierte en parte de tu comunicación externa.
Métodos de comunicación: definición intrapersonal
Comunicarse con uno mismo es la definición de comunicación intrapersonal. Se expande más allá del chat básico que puede tener mientras se habla a sí mismo a través de una tarea. Es la base de su capacidad de comunicación con todos los recursos externos, ya que la forma en que ve su posición en su entorno siempre afectará la forma en que interactúa con ellos. Los murmullos en voz baja o tu visión de ti mismo como líder caen en el ámbito de la comunicación intrapersonal. La base de la comunicación intrapersonal es la autoconciencia, que capta los diversos estímulos de nuestro entorno interno y externo y evalúa la situación.
Una gran cantidad de comunicación intrapersonal no está impulsada conscientemente, lo que significa que nuestros pensamientos y juicios internos a menudo se basan en años y años de condicionamiento. La forma en que su familia, los maestros y los primeros entrenadores y mentores hablaron con usted contribuyó a la autoimagen que tiene y cómo se comunica con usted. Este condicionamiento puede ser bueno o malo, dependiendo del autoconcepto y autoconversión definitivos. Cuando el resultado es negativo, los expertos en mentalidad buscan ayudar a cambiar las narrativas internas para ayudar a las personas a lograr un mayor éxito tanto en el trabajo como en los esfuerzos personales.
Relaciones intrapersonales para el éxito
La conciencia de sí mismo ayuda a una persona a ver dónde se está desempeñando bien y dónde no está en relación con su entorno. Pueden ocurrir reacciones emocionales, juicios y elecciones que difieren de un escenario a otro. Un ejecutivo puede ser muy calmado al tratar un problema con otro ejecutivo, pero puede explotar si un subordinado comete un error. La autoconciencia a través de la comunicación intrapersonal ayuda al ejecutivo a comprender cómo reacciona ella en diferentes situaciones y luego dirige un cambio de acción que será inspirador en lugar de desmoralizar a su equipo.
Debido a que una gran parte de su autoconcepto se desarrolla a medida que madura, es importante considerar las influencias de las experiencias pasadas, los comentarios de familiares, amigos y colegas y el papel de líder que desempeña en su propia vida. Al ajustar las reacciones, el diálogo interno y los conceptos propios, una persona puede construir mejores modelos personales para el éxito.
Desarrollo de habilidades intrapersonales
Mejorar y desarrollar mayores habilidades intrapersonales requiere tres componentes principales: autoconciencia, autorregulación y motivación. La autoconciencia utiliza herramientas de evaluación personal para monitorear las reacciones. Se requiere la confianza para comprender que este es el primer paso para el crecimiento. No es suficiente simplemente ser consciente de una reacción explosiva de un grupo contra otro. Uno debe aprender a frenar lo que se ha convertido en respuestas condicionadas que parecen reacciones naturales. Es por esto que la autoconciencia avanza hacia la autorregulación. Para lograr el éxito se requiere la motivación adecuada para cambiar los pensamientos, comportamientos y conceptos propios internos.
Un líder que busca mejorar las habilidades de liderazgo debe aprender a regular sus reacciones adversas habituales. Aquellos que comienzan a dominar la autorregulación demuestran niveles más altos de integridad, confiabilidad y adaptabilidad. Estas son competencias de grandes líderes que entienden que su rol es mucho mayor que delegar tareas. Pero incluso la autorregulación no es suficiente. Tiene que haber un factor motivador que genere suficiente impulso interno para que los cambios sean duraderos. Una analogía es dejar de fumar; una persona puede dejar de fumar por un período de tiempo, pero cuando está estresada volverá a fumar a menos que tenga la motivación para mantenerse alejada, tal vez un bebé recién nacido o un problema de salud importante.