Cómo los proyectos de capital deben encajar con la dirección estratégica de la organización

Los proyectos de capital son aquellos que producirán beneficios a largo plazo. Comprar un nuevo edificio de oficinas o construir una nueva planta de fabricación, por ejemplo, son gastos de capital típicos. Un ajuste entre la visión estratégica a largo plazo de una empresa y los gastos de capital es esencial porque estos proyectos agotan una cantidad sustancial de los recursos de la empresa y, por lo general, son difíciles de alterar una vez que se completan.

Metas financieras

Los proyectos de capital alteran significativamente cada estado financiero principal, incluido el balance general, el estado de resultados y el estado de flujo de efectivo. Para empezar, los gastos de capital no deben elevar la deuda más allá de los límites establecidos en los planes estratégicos a largo plazo. Si dichos proyectos se financiarán a través de reservas de efectivo acumuladas, no deberían interferir con los pagos de dividendos planeados para años futuros. Los rendimientos esperados de los proyectos de capital también deben coincidir con el calendario de pagos de cualquier deuda que se asume que pague por ellos. Por ejemplo, si se espera que una fábrica comience a generar ganancias en tres años y se financie con un préstamo que se pagará en un año, la empresa puede enfrentar una crisis de efectivo.

Mezcla de producto / servicio

El gasto de capital debe reflejar los tipos de productos y servicios que la firma pretende ofrecer en el futuro. Si el objetivo a largo plazo de un fabricante de vehículos es cambiar las ventas de automóviles deportivos a vehículos de cuatro puertas más grandes, las plantas deberían ser capaces de suministrar dichos vehículos. Si el fabricante tiene la intención de vender una cantidad mayor de vehículos relativamente más baratos, la planta debería tener algún espacio no utilizado que permita una expansión rápida y fácil a medida que aumenten las ventas.

Estrategia para colocar precios

Los proyectos de capital influyen en el costo del producto terminado y el precio que el fabricante debe cobrar de dos maneras. Primero, el dinero gastado en proyectos de capital típicamente crea una carga financiera en forma de pago de la deuda. En segundo lugar, el tipo de inversión dicta en gran medida el costo de fabricación. Por ejemplo, la ubicación de una planta de fabricación determinará cuánto paga la empresa por la electricidad y el agua e influirá en el costo del producto terminado. Del mismo modo, si la ubicación de una planta no se planifica teniendo en cuenta la combinación de ventas geográficas a más largo plazo, es posible que los bienes manufacturados deban transferirse a largas distancias, lo que también aumenta el costo.

Imagen

La imagen que la organización desea proyectar también debe considerarse al invertir en proyectos de capital. La forma, el diseño y la ubicación de la sede deben adaptarse a la imagen actual y planificada de la empresa. Si una empresa desea ser percibida como más consciente del medio ambiente, la fábrica debe planearse para verse y operar más limpia. Un fabricante que venda productos de limpieza amigables con el medio ambiente perderá una gran credibilidad si su planta de fabricación emite humo negro oscuro de las chimeneas. El compromiso monetario con los proyectos de capital también dará forma a la imagen de la empresa. Una compañía que reduce la compensación de los trabajadores enfrentará una resistencia mucho mayor si acaba de terminar de construir un costoso centro de descanso y recreación para ejecutivos.

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